La Sala Kursala muestra la exposición fotográfica “Miénteme, dime que me quieres” de Natalia Leiva 22 abril 2025
La sala Kursala del edificio Constitución 1812 de Cádiz acoge la inauguración de la exposición fotográfica “Miénteme, dime que me quieres” de Natalia Leiva el viernes 9 de mayo a las 18.00 horas. La muestra organizada por el Servicio de Extensión Universitaria del Vicerrectorado de Sostenibilidad y Cultura de la Universidad de Cádiz y comisariada por Jesús Micó, podrá visitarse hasta el 20 de junio de 2025, de lunes a viernes, de 9.00 a 21.00 horas.
La inauguración de la exposición estará compuesta por un doble acto, por un lado una charla/ presentación del trabajo fotográfico de mano de su propia autora y una de las protagonistas de sus fotografías (La Rocío) que tendrá lugar a las 18.00 horas en la sala Argüelles del Edificio Constitución 1812, tras esta charla, a las 19.00 horas se realizará una visita guiada por la exposición, también de la mano de su autora. Ambas actividades están enmarcadas en el Taller de introducción a la gestión cultural que organiza anualmente este Servicio, pero quedan abiertas al público en general siendo la entrada libre hasta completar aforo.
“MDQMQ” es el acrónimo del Proyecto de Fotografía Documental denominado “Miénteme, dime que me quieres”. Ese nombre no está elegido al azar, como veremos más adelante. A dos calles en paralelo a las instalaciones del Puerto de Algeciras se encuentran el Mercado de Abastos, los tenderetes en los que se puede adquirir cualquier cosa al grito de “¡Niña, vendo barato!”, las farmacias, los supermercados y comercios de todo tipo. Durante el día, el tránsito de personas y las actividades que se llevan a cabo son las de una ciudad cualquiera. Pero cuando cae la noche, el tránsito sigue siendo el mismo; las personas, no y las actividades, menos.
Natalia Leiva inició este proyecto en el año 2016. Su intención era la de documentar con total objetividad la vida nocturna de los aledaños del Puerto. Las noches de esas calles se pueblan de seres que viven sus vidas de un modo muy diferente a lo que la mayoría de la gente entiende como una existencia normal. De hecho, es conocida como una zona poco recomendable para visitar durante la noche.
El cuartel general de Natalia fue el Bar “La Rocío”. Llegó allí una noche cualquiera acompañada por dos compañeros fotógrafos. Sin contexto ni preámbulos, Úrsula “La Silicona” la estrechó entre sus brazos y así fue como se creó ese estrecho nexo entre Natalia y la vida que sucedía dentro y fuera de “La Rocío”. Al día siguiente volvió sola. Noche a noche se fue haciendo sitio y empezaron a brotar vínculos lo suficientemente fuertes como para que las prostitutas, los chaperos, los traperos de barrio, los enganchados, los que no quieren, no saben o no pueden vivir de otra manera, le aguantaran la mirada durante cuatrocientas noches.
Natalia acudió cada noche a aquel bar que, poco a poco, fue tornando en hogar. Y como en cualquier hogar, a veces se celebraba, otras se lloraba; se discutía, se cuidaban…En Nochevieja se tomaban las uvas como se toman en cualquier hogar, en familia – incluyendo al “cuñado”-.
Cada cual tenía su forma de entender la vida. Vivían y sobrevivían con naturalidad. Se relacionaban los unos con los otros desde el tranquilo estado de alerta que regala la virtud de reconocer de qué pata se cojea.
Rocío, la propietaria del bar, fue su fiel anfitriona durante aquellas cuatrocientas noches que Natalia vivió al margen de la vida que conocía. Rocío era, para todos, jefa, matriarca, consuelo y látigo mientras convivían bajo su bandera. Fuera de aquel bar, Natalia y su cámara fueron siempre las más íntimas compañeras para todas esas personas que desaparecían antes de que saliera el Sol y desde los tenderetes se empezara a gritar: “¡Niña, vendo barato!”
Y ese vivir que todo el mundo intuye al otro lado del día de las callejuelas de La Plaza es lo que Natalia ha documentado en “MDQMQ”. Desde el respeto, la profesionalidad, el acompañamiento, la complicidad, la camaradería y, sobre todo, desde el amor.
“Miénteme, dime que me quieres”, para la fotógrafa documentalista, es una historia de amor lleno de mentiras consentidas y de ahí su título. Para Natalia -Natalia a secas- ha sido una experiencia llena de amor de verdad, de descubrimiento y de autoconocimiento. Cada una de las fotografías que componen el proyecto es un crisol de emociones y, a su vez, testimonio cierto de la pluralidad, la humanidad, la verdad y la complejidad que encierra la vida. Esa vida en la que caben tantas vivas que ni nos atrevemos a mirar.
Natalia Leiva (Algeciras, 1978) es una fotógrafa documentalista española destacada por su enfoque íntimo y comprometido con la realidad social y humana de su entorno. Su obra se caracteriza por una mirada profunda a los márgenes urbanos y las relaciones humanas, explorando temas como la identidad, el amor y la resistencia en contextos complejos.
Leiva inició su formación en la escuela UFCA de Algeciras bajo la tutela del fotógrafo Alberto Galán. Posteriormente, fue asistente del fotógrafo Juan Valbuena y participó en el Curso de Fotografía Documental en la escuela Lens de Madrid. Su trabajo ha sido reconocido en diversos certámenes y becas, destacando su participación en el Seminario de Fotografía y Periodismo de Albarracín en 2019, donde recibió una beca por su proyecto Miénteme, dime que me quieres .
Su proyecto más reconocido, “Miénteme, dime que me quieres”, ofrece una mirada profunda a la vida nocturna de Algeciras, centrada en un bar ubicado en la zona portuaria. A través de su lente, Leiva captura las historias de los personajes que habitan este espacio, reflejando la ternura y la resistencia humana en un entorno marcado por la dureza y la marginalidad. Este trabajo fue finalista en el DOCfield Dummy Award en 2018, una convocatoria que promueve la Fundació Banc Sabadell para apoyar la consolidación del fotolibro como herramienta de difusión de historias .
En 2025, el proyecto “Miénteme, dime que me quieres” será publicado como fotolibro por la editorial Kursala. Actualmente, Leiva trabaja en un nuevo ensayo fotográfico titulado “El Salata”, que aborda la transformación de su barrio en Algeciras, una promoción de viviendas sociales de la Junta de Andalucía construida en los años 80 .
A través de su obra, Natalia Leiva continúa explorando y documentando las complejidades de la vida en los márgenes urbanos, ofreciendo una visión profunda y humana de la realidad que la rodea.